VER SIN ASOCIACIONES
NEGATIVAS
Por: Maurice Nicoll
Hemos oído decir en
muchas ocasiones que si pudiéramos ver sin las asociaciones mecánicas
establecidas en nosotros, veríamos en realidad como son las gentes y las cosas.
Las impresiones caen
desdichadamente en una red de asociaciones que nos impiden después de cierta
edad ver el significado esencial de las cosas.
Vemos la vida, por así
decir, a través de una espesa red, una telaraña, de asociaciones, y en
consecuencia no vemos nada.
La mayoría de las
asociaciones conducen a las partes negativas de los centros.
Cuando tenemos un
momento de amor nos exalta por encima del poder negativo del Centro Emocional y
todo lo que vemos cae en los centros mismos y no en la red de asociaciones
sobrepuesta, a los centros.
Recuerdo un momento
así en que los ómnibus, el bullicio, la lluvia, el transito, y los aburridos
rostros de las gentes, no tocaban asociativamente parte alguna del Centro
Emocional negativo.
Estaba momentáneamente
libre.
Es por eso por lo cual
el Trabajo dice que hemos de trabajar sobre las asociaciones negativas porque
son muchas las impresiones que estimulan esa parte negativa, en nosotros, la
que, si no nos separamos de ella, cierra todos los Centros Superiores y nos
aleja de sus influencias.
Ahora bien, no
podemos, salvo de una manera artificial, mirar cosa alguna sin asociaciones.
Y si se pudiera
hacerlo, nos dejaría por completo extraviados.
Pero podemos ver las
cosas gradualmente sin tantas asociaciones negativas.
Aquella oportunidad en
que experimente ese momentáneo estado que acabo de mencionar, no percibí cosa
alguna negativamente y así supe que estaba en un estado especial que no
tardaría en desaparecer pero que era maravilloso mientras duraba porque me
producía una sensación de libertad.
Al mismo tiempo no
veía cada cosa sin asociaciones, porque hubiera sido demasiado sorprendente y
pavoroso.
Agregare que hacerse
el propósito de no ver lo que siempre se ve a través de las emociones negativas
es un muy buen propósito para toda la vida y nos procura el sentimiento de
vivir más conscientemente, el sentimiento de ser más consciente de lo que se está
haciendo y pensando.
A este respecto me
referiré ahora a las actitudes.
El Trabajo enseña que
hay que poner algo entre la recepción de la vida externa en forma de
impresiones-sentido y la manera en que tomamos dichas impresiones.
Esto es fundamental en
el lado practico del Trabajo y debe ser repetido una y otra vez hasta que
veamos que significa el trabajo practico sobre si, es decir, la transformacion
de las impresiones.
Si no interviene la
concientidad entre la recepción de impresiones y el efecto que producen sobre
nosotros, estamos técnicamente dormidos.
Si, podemos vivir,
hablar, argumentar, querellarnos, comer, andar de un lado para otro, pero en
todo ese tiempo nada somos sino maquinas manejadas por las impresiones-sentido
entrantes y nuestras reacciones mecánicas a ellas.
Creo, segun mi
experiencia, que después de muchos años se ve de súbito lo que significa
trabajar, esto es, darse a sí mismo el Primer Choque Consciente.
Ahora bien, las
actitudes nos impiden trabajar.
Estamos llenos de
actitudes adquiridas a través de nuestra educación y de influencias que
actuaron sobre nosotros en nuestra primera juventud.
El Trabajo, entre
otras definiciones, define una actitud como algo que nos induce a reaccionar
sin pensar.
El hombre que apoya
los codos en la mesa cuando come puede ser un extraordinario músico o poeta,
pero todo lo que se capta de él es que pone los codos en la mesa y por lo tanto
una actitud adquirida hace que se lo juzgue de una manera inadecuada.
La actitud obra
prescindiendo del pensamiento.
Pero en este Trabajo
debemos pensar.
Citare una vez mas lo
que dice Ouspensky: "Las actitudes nunca piensan." Se originan en el
Centro Intelectual y obran por sí mismas.
Obran automáticamente.
Por ejemplo, el Centro
Intelectual de una persona, tal como es, no tiene por lo general sino actitudes
fijas, y casi siempre actitudes negativas, de modo que el Centro Intelectual no
puede ser empleado para el pensar individual.
Las actitudes obran
automáticamente.
Cuando una persona
habla desde las actitudes se lo descubre en seguida.
Uno se aburre, empieza
a bostezar, se tiene ganas de excusarse y escapar.
¿Por qué ocurre esto?
Porque dicha persona
no piensa por sí misma.
Si se ve a una persona
llena de actitudes y nada más, se conoce en seguida que es imposible hablar con
ella.
En suma, se sabe que
no se puede liberar su pensar de esas actitudes adquiridas que han bloqueado el
Centro Intelectual y lo han vuelto impotente.
Ahora bien, para poner
fin a este comentario, cabe comprender que para liberarnos de las asociaciones
negativas, debemos observar nuestras actitudes, ya que por lo general son
negativas.
Maurice Nicoll
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