EL RECUERDO DE
SI Y SU IMPORTANCIA
Por: Maurice
Nicoll
IDEA-TRABAJO
El Hombre no es
propiamente consciente. Para llegar a serlo, es preciso que se recuerde a si
mismo. Pero primero ha de observarse a si mismo durante largo tiempo para darse
cuenta que está dormido.
COMENTARIO
El trabajo se
refiere al recuerdo de si desde diferentes ángulos.
El primero es
que el hombre, capaz de estar en cuatro estados de conciencia, solo conoce dos,
el así llamado estado de vigilia, al cual toma como plena conciencia, y el
sueño.
No obstante, ambos estados son llamados sueño por
el trabajo.
Por esta razón
habla de la humanidad dormida, de los males de la vida que serán incurables
mientras el hombre esté dormido, etc.
Expresa que el
hombre debería estar normalmente en el tercer estado de conciencia al que
denomina estado de recuerdo de si, de percepción de si y de conciencia de si, y
que ha nacido para estar en dicho estado.
Pero el hombre
se dejo dominar por el sueño, debido al hipnotismo.
La parte de la
enseñanza que estamos estudiando es -de una importancia tal que es menester
repetirla muchas veces.
Al observar a
los otros, al observar el mundo, al observarnos, comprendemos gradualmente que
la razón por la cual las cosas son como son se debe a que el hombre está sumido en un sueño hipnótico.
Esta es la
verdadera explicación.
Y esta idea fue
enseñada durante miles de años.
Pero tan
poderoso es el hipnotismo ejercido sobre la humanidad en la tierra que es casi
imposible comprenderlo.
El hombre
debido a ese hipnotismo cree estar despierto, plenamente consciente, tener mi ser real, una voluntad real, un
"yo" real, y conocerse a si mismo y poder hacer.
No discierne
que es una maquina y que todo lo que hace es la maquina que lo hace y que se
atribuye mil y una cosas que no posee.
"Porque",
como dijera una vez Gurdjieff, "este sueño del hombre, al que me estoy
refiriendo, no es un sueño ordinario, sino un sueño hipnótico".
Hablemos ahora
del recuerdo de si desde otro ángulo.
Cabe hacer la
siguiente pregunta: "Si, como se dice, el trabajo enseña que el estado
normal de conciencia en un hombre debería ser el de recuerdo de si, ¿cómo se
expresaría la diferencia entre un hombre que se recuerda a si mismo y un hombre
que no lo hace y vive en el así llamado estado despierto de conciencia?"
La respuesta
que el trabajo da a dicha cuestión es: "si —la diferencia puede expresarse
de una manera muy clara—
El acto de
recuerdo de si crea nuevas energías que no se forman en un hombre
dormido".
Ahora bien,
para comprender lo que esto significa, es necesario estudiar los tres alimentos
del hombre y la transformación de estos tres alimentos que tiene lugar en la
maquina humana.
En este
comentario empezaré por preguntar si se cree que el hombre por medio del recuerdo
de si pueda vivir más tiempo que otro que no se recuerda a si mismo, en el
supuesto caso que experimentaran las mismas dificultades como una alimentación
inadecuada, la exposición a condiciones desfavorables, etc.
Desde el punto
de vista del trabajo la respuesta es —Si—.
¿Por qué?
Porque el
hombre que se recuerda a si mismo crea energías mediante la transformación del
alimento de impresiones.
El trabajo
enseña que el hombre vive de tres alimentos —no de un solo alimento—.
El alimento más
importante es llamado "impresiones"; el segundo en importancia es el
"aire"; el menos importante es el "alimento" —el alimento
común—.
Sin impresiones
un hombre no puede vivir siquiera un instante.
Sin aire no
puede vivir siquiera un minuto.
Sin alimento puede
vivir un mes o más.
Ahora bien, el
alimento ordinario al entrar en el cuerpo sufre sucesivas transformaciones que
lo convierten en sustancias cada vez más finas.
En la naturaleza
todo obra por medio de transformaciones.
El huevo se
transforma, etapa tras etapa, en un ave o una serpiente, la semilla en un
árbol.
Es extraño que
tantas gentes consideren la palabra transformación
con recelo, sin darse cuenta que su propia existencia fue llevada a cabo
por una serie de transformaciones en la matriz, acerca de las cuales nada
saben, y que el hecho de estar vivas se debe a transformaciones que se producen
a cada instante en su cuerpo.
Dan por
supuesta su propia existencia y no ven misterio alguno en ninguna cosa.
Esto es lo que
cuenta.
El hombre, al
presuponer todo, no puede crecer, no puede desarrollarse.
El sentimiento
de lo milagroso es ahogado.
Maravillarse
ante la propia existencia no entra simplemente en su limitada conciencia.
Sigamos
hablando de la transformación.
El fuego arde
en el hogar a causa de una transformación.
El pasto crece
debido a la transformación.
La oruga que se
convierte en mariposa es transformación.
El pensamiento
se transforma en la mente en palabra.
Todo lo que se
ve psicológicamente, espiritualmente, es transformación.
Si —todo es
transformación salvo, en lo que respecta al Hombre, lo que esta situado en
cierto lugar—.
Ese lugar es
aquel donde se reciben las impresiones.
No
transformamos lo que nuestros ojos ven y nuestros oídos oyen.
El alimento recibido
por la boca es transformado primero por el estómago.
El aire es
transformado por los pulmones.
Pero las
impresiones que penetran en el cerebro no
son transformadas.
Este es el
punto sobre el cual hace tanto hincapié el trabajo.
Aquí (en el punto donde se señala la entrada de
las impresiones), se advierte que no llegan a ser algo más sutil.
Siguen siendo 48.
El trabajo
enseña que si el hombre se recuerda a si mismo, 48 pasará a ser 24, y 12.
En este lugar
se produce el primer choque consciente que es llamado choque del recuerdo de si.
De lo dicho es
visible que este choque debe llevar a la transformación.
Asi como el
alimento ordinario es transformado para nosotros sin ayuda —asi tambien el
alimento de las impresiones debe ser transformado de una manera similar—.
Pero tal como
somos no es transformado.
Los bifes de
vaca, por asi decir, siguen siendo bifes de vaca.
Pues bien, si
esto ocurriera con el alimento ordinario pereceríamos.
Ahora bien, un
hombre recibe sus problemas de vida, sus situaciones de vida, sus acertijos de
vida, en la forma de impresiones.
Este aspecto de
la vida no entra como un bife físico, sino en otra forma.
Estamos
expuestos al alimento de los bifes físicos en ciertas ocasiones y poseemos el
aparato que nos fue dado para digerirlos —esto es, para transformarlos—.
Pero no
entendemos —y, me doy cuenta, no podemos— entender la idea correspondiente de
estar expuestos a situaciones, problemas y todo lo demás psíquicamente,
espiritualmente.
¿No se da
cuenta que una situación que se produce de súbito como: "Qué espanto, X se
ha peleado con su mujer", o "He perdido mucho dinero en una carrera
de caballos", etc., etc., son todos "bifes", por asi decir, que
entran por la vía de las impresiones —esto es, principalmente a traves de los
ojos y los oídos— esas otras bocas en nuestro rostro que son distintas de la
nariz y la boca?
Cada abertura
recibe un material diferente.
Y, como se
dijo, tenemos para la nariz y el aire un aparato transformador llamado los
pulmones, y para la boca y el alimento un aparato transformador llamado el
estómago.
Pero, lo
repito, no tenemos un aparato transformador para las impresiones —y debemos crearlo nosotros mismos.
Esta es la
razon por la cual el trabajo es llamado psico-transformismo.
Debemos
aprender a transformar las impresiones,
que son psicológicas.
De otro modo la
vida permanece sin ser digerida, sin ser transformada, en cuyo caso no se
producirá el desarrollo interior.
Recuerden que el
hombre, según el trabajo, fue hecho como un organismo capaz de desarrollo
propio.
Ahora bien,
para transformar la vida es necesario recibir impresiones de una nueva manera y
esto es llamado el primer choque consciente —al cual se le da el nombre de recuerdo de sí —.
Ahora bien, un hombre
dormido se identifica con cada situación —esto es, con cada impresión que viene
por la vía de los ojos o los oídos—.
Si no tuviera
ojos ni oídos la situacion que padece a todo lo largo del día no existiría para
él.
Asi se ve que
nuestra vida psicológica, nuestro problemas, nuestras preocupaciones, y asi
sucesivamente, se deben todos a las impresiones que entran por los oídos y los
ojos —y, lo subrayare— ¿cómo reaccionan
ustedes a esas impresiones? una vez que lo aprehendan, una vez que perciban su
significado, penetran en el Trabajo en sentido real.
Cuando un
hombre se recuerda a si mismo en un momento de apremio en que le fuera fácil
identificarse con cualquier cosa, ya se ha dado a si mismo el primer choque
consciente.
Maurice Nicoll
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