LA SUGESTIÓN
No
requiere mucha auto-observación descubrir hasta qué punto se es
extraordinariamente sugestionable a todo lo largo del día a lo que se oye o se
lee o le dicen a uno.
Se
escucha un discurso que nos parece muy enérgico y luego se escucha otro
discurso que defiende el punto de vista opuesto y se lo encuentra enérgico.
Toda la
publicidad, la propaganda, etc., están basadas en la sugestibilidad del Hombre.
Esta
sugestibilidad es en nosotros una de nuestras mayores debilidades y nos conduce
a la imitación.
Ahora
bien, si un hombre pudiera recordarse a sí mismo no sería sugestionable de esta
manera mecánica.
Notaría
lo que está por llegarle a través de la sugestión en cada sentido y podría
APARTARSE de “ello”.
Basta
pensar como una sencilla palabra a la que se presta atención puede cambiar las
relaciones que se mantienen con un amigo.
Esto
sucede por supuesto si una persona carece de una relación consciente con su
amigo.
Pero
cuando se empieza a alejarse de la acción mecánica ejercida por las impresiones
sobre uno mismo, se ve cómo la sugestibilidad hace estragos en la vida de las
otras personas.
Un
hombre que está en estado de recuerdo de sí, hasta en un estado parcial, es
capaz de resistir las influencias de vida con toda su sugestibilidad.
No cede
fácilmente a la excitación del momento pasajero.
En
otras palabras, comienza a tener en él algo que es distinto de la vida.
Empieza
a llevar una vida más consciente.
Es
sabido que se dice que el hombre mecánico está al borde de un precipicio,
hablando esotéricamente, y que para él la esperanza es muy escasa a menos que
mire hacia arriba.
UNA
CUERDA………
“Si
levanta la vista verá que una cuerda cuelga por encima de su cabeza”.
“Para
aferrarse de esa cuerda debe saltar”.
La
palabra paga o pagar el precio se refiere a ese salto para aferrarse de la
cuerda.
Algunas
personas creen que es una cosa súbita que sólo sucede una vez, o nunca tiene
lugar.
Este es
un parecer muy equivocado.
Sucede
en todo momento, todos los días, cuando, anonadada por sus reacciones mecánicas
a la vida, una persona tiene que saltar para elevarse por encima de su máquina.
Es
decir, es preciso que se recuerde a sí mismo, que sea capaz, de distinguirse de
la vida.
Ha de
ser capaz de distinguirse del tumulto que se produce en usted por el reaccionar
mecánico a las situaciones externas.
Debe ir
contra la vida y la acción que produce sobre usted y no imitar debido a la
sugestibilidad.
Si
nunca ha observado qué acción la vida ejerce sobre usted, no lo podrá hacer de
hecho, ni siquiera se le ocurre lo que esto significa y El Trabajo será siempre
para usted una lengua extranjera, aún cuando haya asistido a reuniones durante
años.
Ahora
bien, ese saltar, ese elevarse por encima de sí, ese aferrarse de la cuerda, es
el recuerdo de sí.
El
hombre natural, el hombre mecánico, el hombre literal, el hombre dominado por
la masa, el hombre que descansa sobre sus sentidos, nunca podrá realizar ese
movimiento interior en sí mismo.
Pero el
hombre que posee un centro magnético —esto es, el hombre que cree en algo
además de la vida tal como la experimentamos a través de los sentidos— dicho
hombre al entrar en El Trabajo y con la ayuda de los diagramas cósmicos y, de
hecho, de toda la enseñanza del Trabajo —tiene la capacidad de alcanzar
momentáneamente el nivel más elevado de conciencia llamado el estado de
Recuerdo de Sí, Conciencia de Sí o Percepción de Sí— y más tarde llegar en
realidad a morar en un nivel por encima de su sí ordinario.
El
hombre que ha confirmado la verdad del Trabajo en sí mismo durante años, por
haberlo aplicado muchos años a su persona, por haber comprendido por mucho
tiempo el sentido de su lado interno, no será fácilmente conmovido por la
sugestibilidad.
Una de
las razones es que ha dejado de imitar a los otros.
Será,
desde luego, puesto a prueba desde este punto de vista, y mientras su vínculo
con El Trabajo sea superficial y una mera cuestión de memoria externa, se
conmoverá fácilmente y perderá contacto con ello, pero no se dará cuenta que se
lo hace a sabiendas.
Estará
entre aquellos mencionados en la antigua parábola que andan perdidos
preguntándose dónde está el Reino de los Cielos y mirad, está aquí: pero si un
hombre ha nacido con la comprensión del Trabajo y ha visto tanto su bondad como
su verdad, no puede ser conmovido.
No sólo
esto, sino que será alimentado interiormente desde los Centros Superiores,
desde El Trabajo, y empezará a crecer en sí mismo, en su comprensión del
Trabajo.
Habiendo
oído que ha surgido un nuevo profeta que está enseñando en el Polo Norte, no
tomaría al punto un aeroplano para ir al Polo Norte porque, si lo hiciera, le
dirían que el maestro fue al Polo Sur.
¿Por
qué buscar El Trabajo fuera de ustedes mismos, en lugar de buscarlo en el
propio desarrollo de la comprensión?
¿Por
qué no se observan a sí mismos desde la enseñanza del Trabajo y ven y saborean
su fuerza, su bondad, su verdad?
Notas
para el lector (o para leerlas lentamente)
1) A no
ser que el hombre crea que hay algo superior a él mismo nunca podrá recordarse
correctamente. Por ejemplo, El Trabajo enseña que en nosotros tenemos algo
mucho más elevado de lo que somos al presente, en nuestro nivel —es decir, algo
real.
2) El
Rayo de Creación nos enseña que hay niveles de ser mucho más elevados que el
que existe en la Tierra. Estamos bajo 48 órdenes de leyes, el Sol está bajo 12
órdenes de leyes, y así sucesivamente. Nuestro ser comparado con el Ser del Sol
es muy pequeño.
3) El
Trabajo enseña que en nosotros tenemos centros mucho más elevados que no
empleamos y que se llaman Centros Superiores. Están siempre despiertos, pero
nosotros estamos dormidos para ellos.
4) El
Trabajo enseña que el Hombre mecánico es capaz de llegar a ser Hombre Consciente,
es decir, de un ser mucho más elevado de lo que es en su ser al presente. Pero
si se enorgullece de su ser presente, no puede desarrollarse.
5)
Cuando un hombre intenta obedecer al Trabajo prescindiendo de su amor y de sus
emociones de sí, eleva su nivel de ser, y si puede prestar atención al Trabajo
en su corazón y mente, se le mostrará cómo debe trabajar sobre si y cambiar su
ser.
6) Pero
si un hombre cree que la Naturaleza o el Universo se crearon por sí mismos y
carecen de sentido, después nunca podrá recordarse así mismo, porque cree que
nada hay superior a sí mismo.
7)
Recuerden que el hombre que tienen un buen Centro Magnético pueden distinguir
la diferencia entre las influencias creadas en la vida y llamadas influencias A
y aquellas sembradas en la vida por el Círculo Consciente de la Humanidad que
son llamadas influencias B. Dicho hombre, tienen la posibilidad de
desarrollarse.
Tales
personas pueden ser escogidas por El Trabajo y pueden empezar a recordarse a sí
mismas
Maurice
Nicoll
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