domingo, 8 de febrero de 2015

LA SUGESTION

LA SUGESTIÓN       

No requiere mucha auto-observación descubrir hasta qué punto se es extraordinariamente sugestionable a todo lo largo del día a lo que se oye o se lee o le dicen a uno.

Se escucha un discurso que nos parece muy enérgico y luego se escucha otro discurso que defiende el punto de vista opuesto y se lo encuentra enérgico.

Toda la publicidad, la propaganda, etc., están basadas en la sugestibilidad del Hombre.

Esta sugestibilidad es en nosotros una de nuestras mayores debilidades y nos conduce a la imitación.

Ahora bien, si un hombre pudiera recordarse a sí mismo no sería sugestionable de esta manera mecánica.

Notaría lo que está por llegarle a través de la sugestión en cada sentido y podría APARTARSE de “ello”.

Basta pensar como una sencilla palabra a la que se presta atención puede cambiar las relaciones que se mantienen con un amigo.

Esto sucede por supuesto si una persona carece de una relación consciente con su amigo.

Pero cuando se empieza a alejarse de la acción mecánica ejercida por las impresiones sobre uno mismo, se ve cómo la sugestibilidad hace estragos en la vida de las otras personas.

Un hombre que está en estado de recuerdo de sí, hasta en un estado parcial, es capaz de resistir las influencias de vida con toda su sugestibilidad.

No cede fácilmente a la excitación del momento pasajero.

En otras palabras, comienza a tener en él algo que es distinto de la vida.

Empieza a llevar una vida más consciente.

Es sabido que se dice que el hombre mecánico está al borde de un precipicio, hablando esotéricamente, y que para él la esperanza es muy escasa a menos que mire hacia arriba.

UNA CUERDA………

“Si levanta la vista verá que una cuerda cuelga por encima de su cabeza”.

“Para aferrarse de esa cuerda debe saltar”.

La palabra paga o pagar el precio se refiere a ese salto para aferrarse de la cuerda.

Algunas personas creen que es una cosa súbita que sólo sucede una vez, o nunca tiene lugar.

Este es un parecer muy equivocado.

Sucede en todo momento, todos los días, cuando, anonadada por sus reacciones mecánicas a la vida, una persona tiene que saltar para elevarse por encima de su máquina.

Es decir, es preciso que se recuerde a sí mismo, que sea capaz, de distinguirse de la vida.

Ha de ser capaz de distinguirse del tumulto que se produce en usted por el reaccionar mecánico a las situaciones externas.

Debe ir contra la vida y la acción que produce sobre usted y no imitar debido a la sugestibilidad.

Si nunca ha observado qué acción la vida ejerce sobre usted, no lo podrá hacer de hecho, ni siquiera se le ocurre lo que esto significa y El Trabajo será siempre para usted una lengua extranjera, aún cuando haya asistido a reuniones durante años.

Ahora bien, ese saltar, ese elevarse por encima de sí, ese aferrarse de la cuerda, es el recuerdo de sí.

El hombre natural, el hombre mecánico, el hombre literal, el hombre dominado por la masa, el hombre que descansa sobre sus sentidos, nunca podrá realizar ese movimiento interior en sí mismo.

Pero el hombre que posee un centro magnético —esto es, el hombre que cree en algo además de la vida tal como la experimentamos a través de los sentidos— dicho hombre al entrar en El Trabajo y con la ayuda de los diagramas cósmicos y, de hecho, de toda la enseñanza del Trabajo —tiene la capacidad de alcanzar momentáneamente el nivel más elevado de conciencia llamado el estado de Recuerdo de Sí, Conciencia de Sí o Percepción de Sí— y más tarde llegar en realidad a morar en un nivel por encima de su sí ordinario.

El hombre que ha confirmado la verdad del Trabajo en sí mismo durante años, por haberlo aplicado muchos años a su persona, por haber comprendido por mucho tiempo el sentido de su lado interno, no será fácilmente conmovido por la sugestibilidad.

Una de las razones es que ha dejado de imitar a los otros.

Será, desde luego, puesto a prueba desde este punto de vista, y mientras su vínculo con El Trabajo sea superficial y una mera cuestión de memoria externa, se conmoverá fácilmente y perderá contacto con ello, pero no se dará cuenta que se lo hace a sabiendas.

Estará entre aquellos mencionados en la antigua parábola que andan perdidos preguntándose dónde está el Reino de los Cielos y mirad, está aquí: pero si un hombre ha nacido con la comprensión del Trabajo y ha visto tanto su bondad como su verdad, no puede ser conmovido.

No sólo esto, sino que será alimentado interiormente desde los Centros Superiores, desde El Trabajo, y empezará a crecer en sí mismo, en su comprensión del Trabajo.

Habiendo oído que ha surgido un nuevo profeta que está enseñando en el Polo Norte, no tomaría al punto un aeroplano para ir al Polo Norte porque, si lo hiciera, le dirían que el maestro fue al Polo Sur.

¿Por qué buscar El Trabajo fuera de ustedes mismos, en lugar de buscarlo en el propio desarrollo de la comprensión?

¿Por qué no se observan a sí mismos desde la enseñanza del Trabajo y ven y saborean su fuerza, su bondad, su verdad?

Notas para el lector (o para leerlas lentamente)

1) A no ser que el hombre crea que hay algo superior a él mismo nunca podrá recordarse correctamente. Por ejemplo, El Trabajo enseña que en nosotros tenemos algo mucho más elevado de lo que somos al presente, en nuestro nivel —es decir, algo real.

2) El Rayo de Creación nos enseña que hay niveles de ser mucho más elevados que el que existe en la Tierra. Estamos bajo 48 órdenes de leyes, el Sol está bajo 12 órdenes de leyes, y así sucesivamente. Nuestro ser comparado con el Ser del Sol es muy pequeño.

3) El Trabajo enseña que en nosotros tenemos centros mucho más elevados que no empleamos y que se llaman Centros Superiores. Están siempre despiertos, pero nosotros estamos dormidos para ellos.

4) El Trabajo enseña que el Hombre mecánico es capaz de llegar a ser Hombre Consciente, es decir, de un ser mucho más elevado de lo que es en su ser al presente. Pero si se enorgullece de su ser presente, no puede desarrollarse.

5) Cuando un hombre intenta obedecer al Trabajo prescindiendo de su amor y de sus emociones de sí, eleva su nivel de ser, y si puede prestar atención al Trabajo en su corazón y mente, se le mostrará cómo debe trabajar sobre si y cambiar su ser.

6) Pero si un hombre cree que la Naturaleza o el Universo se crearon por sí mismos y carecen de sentido, después nunca podrá recordarse así mismo, porque cree que nada hay superior a sí mismo.

7) Recuerden que el hombre que tienen un buen Centro Magnético pueden distinguir la diferencia entre las influencias creadas en la vida y llamadas influencias A y aquellas sembradas en la vida por el Círculo Consciente de la Humanidad que son llamadas influencias B. Dicho hombre, tienen la posibilidad de desarrollarse.

Tales personas pueden ser escogidas por El Trabajo y pueden empezar a recordarse a sí mismas

Maurice Nicoll


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