ACONTECERES
IDEA-TRABAJO
Un hombre no puede
cambiar a no ser que empiece a entender su mecanicidad.
Mientras el hombre
siga atribuyéndose plena conciencia junto con sus acciones, permanecerá dormido
y sufrirá a causa de sí mismo sin utilidad alguna.
COMENTARIO
Supongamos que, luego
de haber comprendido que reaccionamos mecánicamente a los eventos, nos damos
cuenta que podemos reaccionar a los eventos menos mecánicamente y así más
conscientemente.
Para una persona vana
y convencida de su propia importancia, esto no es fácil.
Comprendan claramente
que no podemos cambiar los eventos sino nuestra manera de tomarlos.
Pero si no hemos
practicado la observación de sí, si no hemos dejado un nuevo lugar en nuestra
mente donde podamos, hasta cierto punto, observar las impresiones entrantes
antes de reaccionar contra ellas y observar de qué modo reaccionamos de
costumbre, esto es imposible.
Es decir, seguiremos
siendo máquinas gobernadas por la vida, la que es una serie de cambiantes
aconteceres que nos vencen en una rotación regular.
Los hombres pegados a
la vida son incapaces de distinguirse de la vida.
Son la vida: la vida
es en ellos el acontecer.
La vida en la forma
de una serie de cambiantes eventos llega a nosotros como impresiones y hace que
reaccionemos mecánicamente.
Tomamos esta reacción
mecánica como yo, como uno mismo.
Nos identificamos con
cada suceso, más o menos.
El Trabajo se propone
crear un lugar consciente o valla o aduana donde podamos estar conscientes de
la calidad de las impresiones entrantes y así detectar un evento
característico, y cuál será nuestra reacción mecánica a él antes de reaccionar
mecánicamente.
Aquí hemos de
interferir con nosotros mismos sin peligro alguno—.
Todo esto, como
muchos de ustedes han oído, pertenece el comienzo de la comprensión y la
práctica de lo que es llamado el Primer Choque Consciente, cuyo significado en
todos sus aspectos constituye nuestro estudio más profundo.
Traten de descubrir
el sentido de lo que se dice en el Trabajo al explicar que no hay tal cosa como
"vida" abstracta e informe, sino que la vida es una cosa coloreada,
coloreada y dividida por diferentes aconteceres.
La vida es
discontinua porque es aconteceres.
Por ejem¬plo, usted
pierde dinero.
Este es un acontecer.
Su reacción a este
posible acontecer, si no le ha sucedido a usted, no será la misma que cuando
oye decir que el señor X ha perdido su dinero.
En tal caso el señor
X estará bajo el poder hipnótico del particular acontecer llamado ''perder el
dinero".
Usted no sentirá todo
lo que significa hasta que el acontecer en la rueda de los aconteceres llamada
vida “lo escoge”.
Si, oír mencionar los
eventos que suceden a los otros es muy diferente de los eventos que le suceden
a usted.
¿Qué significa
"un evento que le sucede a usted"?
Significa que usted,
por un giro de la rueda, de súbito se encuentra en medio de un evento —digamos,
un choque de autos—.
Esto es muy diferente
a leer acerca de tal evento.
¿No ve usted que en
esto hay algo muy extraño?
Se asemeja a las doce
personas que se convocan para formar un jurado. "Nunca me convocarán"
—se dice— y de pronto se encuentra formando parte del jurado.
¿Puede captar la
visión de la vida?
Recuerde, a usted lo
pueden citar. ¿Quién?
LOS EVENTOS………
¿Las autoridades? No
—los eventos—.
Si usted tropieza con
la alfombra y se cae, no hay autoridad alguna.
Es un acontecer
posible, sin importancia, pero doloroso.
Por un instante usted
es presa de él y reacciona mecánicamente.
Si tiene suficiente
dinero, puede cambiar la alfombra o colocarla bien.
De cierto —usted será
presa de otros aconteceres— por ejemplo, su congoja por el dinero.
Así caemos presa de
un acontecer tras otro.
Cuando el Hombre fue
creado como organismo capaz de desarrollo propio, todos los aconteceres
posibles que el hombre pudiera experimentar también fueron creados.
¿Por qué?
Pues bien, de otro
modo no habría tenido vida —no habría aconteceres— no tendría nada que hacer.
Ahora bien, perder el
equipaje es una cosa común, pero es un acontecer posible.
No caben dudas que
usted piensa que esto no es vida —que es meramente fastidio—.
No, usted está
equivocado.
Esto es exactamente
vida.
Del mismo modo, si
usted espera estar bien para la invitación de mañana y se despierta con fiebre,
y piensa que es un fastidio, pero no vida, yo le diría que su idea de vida es
muy equivocada.
Estar enfermo es un
evento muy común.
Sin embargo la gente
cree que es excepcional —esto es, por así decir, que no es vida.
Pues bien, en este
caso imaginamos que la vida no es todos esos eventos excepcionales.
Ouspensky dijo una
vez: "La gente cree que la guerra es excepcional —pero ella siempre
existió—".
Pero esto es
exactamente vida.
Ahora bien, el punto
de vista del Trabajo a este respecto es en qué forma se relaciona usted con lo
que le está sucediendo.
Lo que le está
sucediendo son aconteceres —algún acontecer particular pero que sucede a
millones de otras personas—.
¿Se da cuenta?
Usted está triste.
Bien, algo le está
sucediendo —algún acontecer— y es así como usted lo toma, como reacciona a él.
Pero ¿formula usted
el acontecer?
¿Por qué lo toma y
reacciona contra él de esta manera?
Lo hace así porque
usted siempre lo ha hecho mecánicamente así y nunca ha intentado ver el
acontecer y separarlo de su reacción contra él.
Pero tampoco se da
cuenta que es un acontecer que en este momento le está sucediendo a millones de
personas.
Los aconteceres
gobiernan el mundo.
El mundo es una serie
de aconteceres —si, de antiguos, antiguos aconteceres recurrentes.
Ahora bien, usted no
puede cambiar el evento —pero puede modificarse a sí mismo con respecto a la
forma de encararlo.
¿No han observado
ustedes, después de años en el Trabajo —hablo a la gente que hace mucho que
está en el Trabajo— de qué moda un acontecer lo hipnotiza y le extrae la
fuerza?
NO COMBINARSE CON ELLOS………
¿No comprenden qué
quiere decir ser pasivo a los aconteceres de modo de no combinarse con ellos
—sean cuales fueren—?
Sí, es una cosa muy
difícil —pero de un valor enorme, incalculable una vez que se entiende lo que
El Trabajo enseña acerca del no identificarse.
Ahora bien, conocen
como una bola puede rodar en una mesa de billar y caer en una tronera.
Todo evento que nos
sobreviene en la vida se asemeja a una tronera en la cual caemos si nos
identificamos y no nos observamos ni nos recordamos a nosotros mismos.
Por ejemplo, una
buena tronera es "He tenido una vida muy dura".
Caemos en algún
acontecer típico del mismo modo que la bola de billar cae en una tronera y
luego, por así decir, está fuera de la mesa de la conciencia.
Hasta el más
minúsculo evento actúa a modo de tronera, tal como perder la traba de la
corbata.
Podemos
identificarnos con algún suceso trivial como el de perder el botón del cuello
de tal modo que todo el día estamos de mal humor, a punto de estallar, como si
hubiéramos caído en alguna tronera.
En este caso fuimos
“atrapados” fácilmente por la vida, que trata de mantenernos dormidos y no
hemos entendido que el Trabajo se propone hacer que tomemos los eventos
conscientemente y no mecánicamente.
Cuesta mucho más
separarse de algunos eventos que de otros, debido a su poder hipnotizador.
Sin embargo, si el
Trabajo tiene algún sentido, es más poderoso que la vida y sus aconteceres,
porque de otro modo nuestro estado sería verdaderamente digno de piedad.
Aquellos que han trabajado
o se han separado del poder hipnótico de la vida nos precedieron y dejaron tras
ellos pruebas fehacientes de lo que hicieron —y también cierto poder que, si
practicamos el Trabajo y construimos una nueva mente según las ideas del
Trabajo, que trata de hacernos pensar de una nueva manera, nos serán
transmitidos; aunque nos veamos enfrentados con eventos más difíciles.
Pero a no ser que nos
recordemos a nosotros mismos —que es no dejarse hipnotizar— este poder no nos
puede alcanzar.
Maurice Nicoll
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